Los movimientos de cuarzo y los movimientos automáticos de TAG Heuer son el resultado de un saber hacer relojero perfeccionado desde 1860.
Los movimientos de TAG Heuer, que en ocasiones se revelan tras una esfera o un cristal de zafiro, son altamente fiables y sumamente precisos.
Equipados con una tecnología de vanguardia, son el fruto de nuestro tradicional compromiso con el cronometraje deportivo y nuestro dominio de las fracciones de tiempo más pequeñas.
Los movimientos automáticos, que en ocasiones se revelan tras un cristal de zafiro, dotan a los relojes mecánicos de precisión y fiabilidad.
Nuestros relojes automáticos, fabricados íntegramente en Suiza, no requieren que se les dé cuerda cada día.
El corazón y el espíritu de los relojes de TAG Heuer, nuestros movimientos mecánicos, ofrecen diversas reservas de marcha. Quítese el reloj por la noche y descubra que unos días más tarde continúa en hora.
El taller de TAG Heuer se encuentra en Chevenez, en las montañas del Jura. Durante décadas, hemos diseñado y fabricado gran parte de nuestros movimientos automáticos suizos en instalaciones propias. Algunos cuentan con una reserva de marcha que dura varios días, por lo que no es necesario darles cuerda cada mañana. Nuestros movimientos automáticos de manufactura, meticulosamente elaborados con un exclusivo saber hacer de ingeniería, garantizan una medición del tiempo fiable y una solidez absoluta.
Los movimientos de cuarzo de TAG Heuer se fabrican en Suiza. Cuentan con una pila que dura varios días, por lo que no es necesario darles cuerda. Los movimientos de cuarzo de TAG Heuer ofrecen una precisión absoluta durante años (una diferencia de solo algunos segundos al mes, gracias a la pila).
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